miércoles, 31 de julio de 2013

Aquellos chiflados y sus bellas canciones

Una de las premisas más importantes dentro de esta década de los años 10 del siglo XXI es más que evidente: los ochenta molaban. Por este mismo motivo, una de las conversaciones más típicas entre amigos que viven en esta era posmoderna suele ser las cosas que se veían en la tele de nuestra infancia.

A este respecto, yo debo decir que, en líneas generales, era una niña bastante rara, y muchas de las series me gustaban sólo por su música. A veces, la historia me importaba tan poco que veía los capítulos hasta que me aprendía la canción. Hecho esto, pasaba olímpicamente de la historia y me iba a otra cosa. Es lo que tiene.

Y como estamos en verano, aprieta el calor, y siempre suele apetecer algún post revival así, fresquito, voy a ir dando una lista de series con sus cabeceras respectivas, atendiendo únicamente a que me gustara más o menos la canción. Algunas las veía de pequeña, otras, las recuerdo únicamente por el opening, que, años, después, me sigue encantando. Como siempre, acepto sugerencias, ideas y anécdotas varias de todo el mundo. Vamos a ello:

Dos fuera de serie (Juana y Sergio)


Los años ochenta en España se caracterizan por la entrada a saco de series de anime japonés. A día de hoy, mucha gente recuerda a la perfección las tramas de todas las sagas de Dragon Ball, por no hablar de algunas que perviven a día de hoy, como Doraemon -que ya son ganas de tocar las narices-. La mayoría de estas series llegaban a España vía Italia, y, en algunos casos, Francia. 

Este sería el caso de Dos fuera de serie, anime que nadie conocía por su nombre, sino por el de los protagonistas: la estrambótica y payasa Juana, y el flemático Sergio. La chica acaba de llegar al instituto, donde entra como suplente en el equipo de voleibol. Allí, conoce a Sergio, el apuesto capitán del equipo de fútbol, y su amor platónico desde del primer momento. 

Lo demás sobra un poco, puesto que todo trata de la superación de Juana, tanto dentro del equipo de voleibol, como intentando conquistar a su amado Sergio. La canción, animada y pegadiza, era la comidilla de las niñas españolas del momento, y no sobraban los chistes entre supuestos "novios", que cambiaban los nombres del estribillo por los suyos propios. 


Sherlock Holmes


Dentro de las múltiples genialidades de Hayao Miyazaki se encontraba esta preciosa joya, basada en los relatos de Sir Arthur Conan Doyle. De nuevo, la serie llegó directamente de Italia, al igual que la sintonía de cabecera. Alguna vez lo he pensado, y puede que parte de mi gusto por lo decimonónico viniera de aquellos perros victorianos animados, y de uno de los mejores villanos que ha dado la historia de la animación televisiva: El profesor Moriarty y su pterodáctilo rosa. JA JE JI JO JU.


Cabe decir que esta serie pasó también por Francia, aunque la música, tan atractiva y divertida en todas sus versiones, fue sustituida por una moñez de dimensiones épicas, que de haberla sufrido, habría cambiado mi vida para siempre.



Campeones/ Lupin III

He aquí un caso curioso, de nuevo, un anime directamente llegado de Italia. Pongo ambos en la misma posición porque me encanta el combo braker de cabeceras que se montó.

En España, la canción del opening de Campeones era una de las más celebradas y conocidas por la chavalería ochentera-noventera. Su éxito, estaba claro, se debía a la calidad y epicidad con la que transmitía el gusto por el fútbol y la gloria del deporte.


Ahora bien, no era eso lo que pensaban los niños italianos, puesto que esa misma melodía había sido utilizada para encabezar otra exitosa serie de anime. Lupin III.



De todas formas, sin desmerecer a semejante lío de músicas y musiquitas, dejo la cabecera española de Lupin III, que también estaba bastante bien.


Ranma 1/2

La última de anime. Esta cabecera es de las que más gracia me ha hecho siempre. Solía ser la misma en casi todos los países aunque, como siempre, Francia se desmarcaba, pero esta vez no con un coñazo, sino con un temita pop bastante pegadizo.

A pesar de emplear la misma melodía en sus intros, hay que reconocer que no hay ninguna más ridícula que la española. En inglés suena un tanto sosa; en italiano, el dúo intérprete le da un cierto toque rockero que tampoco está mal. En español, por contra, la cantante nos ofrece un híbrido entre lo oriental y lo coplero que roza la vergüenza ajena, a lo que suma frases como "yo soy luchadora, hay que ser así" (jotía, jotía), o "eres un gran guerrero, no me desespero". Todo esto hacía que, aunque viera la serie siendo pequeña, me partiera de risa sin parar. En serio, es de coña.


Series que no eran de dibujos: El gran Héroe Americano

Aquí llega una de mis preferidas. Si bien nunca llegué a ver la serie, la canción de El gran héroe americano era una de las más bonitas y pegadizas de todas aquellas curradas cabeceras de los ochenta. Sin palabras.


Primos lejanos

Al margen de la maravillosa danza de la alegría, las andanzas del primo Larry y el primo Balky nos dejaron una canción estupenda. Desde luego, la serie era muy divertida, y yo me lo pasaba piruleta tanto con la historia como con su cabecera. Años después, el spin off en el que conocimos a la familia de Harriet Winslow, la ascensorista del periódico en el que trabajaba Larry -Cosas de casa- hizo que el personaje de Steve Urkel desbancara a los primos de la fama. Sin embargo, a mí siempre me pareció que Cosas de casa se basaba en un éxito más facilón y artificial, mientras que los primos y su música siguen frescos en mi memoria.


Los problemas crecen

Esta serie fue una de las más exitosas, y contaba las peripecias de la familia Seaver -a la que, temporadas más tarde, se unió Leonardo DiCaprio-. El hijo caradura y fiestero, la hija empollona, el pequeño inocente y travieso, y el bebé. No obstante, su mayor virtud residía en la cabecera, además de por la canción, por el entonces original golpe de efecto que suponía ver imágenes de los personajes que evolucionaban desde que eran niños hasta el momento presente. Potita potita.


Padres forzosos

La serie la hermana de Kirk Cameron tuvo tanto éxito en España, que nadie la conocía por su nombre. Las niñas de esa época, las pijas en su inmensa mayoría, se preguntaban cada mañana en el patio del colegio: "¿Has visto Michelle?". En efecto, si algo hacía las delicias de las prepúberes españolas de los noventa, era la ricura de las gemelas Olsen. Hay que reconocer que, tiempo después, es una penita verlas, pero nos queda esta cabecera, con el tío rockero Jesse, el tío Joey y sus imitaciones, y dan, el padre abnegado de las tres rubitas, la adolescente, la repipi ceceante, y, por supuesto, la pequeña y adorable Michelle.


Cheers

Y aquí llega la número uno. Mi favorita de las canciones de cabeceras ever. La melodía es, por un lado, melancólica y emotiva. Por otra parte, la serie tenía personajes memorables y momentos desternillantes, que acabaron convirtiéndome en fan de Frasier años después. El reparto era más que excelente, las tramas, divertidas, y la canción... hace poco vi que se había hecho una promo de CSI NY, mezclando imágenes de Mac Taylor y compañía con la música de Cheers. El grupito de forenses de Nueva York nunca ha estado entre mis preferencias, pero sabe Dios que, desde esa promo, los miro con cierta simpatía.


Y hasta aquí esta preciosa lista veraniega. En el tintero quedan algunas canciones muy graciosas y recomendables, pero eso lo dejo a vuestra discreción. Dentro de poco, un nuevo libro perturbador, y alguna andanza cinematográfica de calibre "daños cerebrales directos". ¡Feliz agosto!




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