sábado, 6 de abril de 2013

The Raven (El enigma del Cuervo), o cómo un "poltergeist" a veces no ayuda

Lo confieso. Esta vez he cogido las vacaciones con tantas ganas que he pasado olímpicamente de escribir nada. Reconozco que tengo varios temas en el tintero, aunque son de esos que sólo llegan a largo plazo, después de encontrar la documentación suficiente, o de reflexionar un poco sobre cuál es la intención o idea que deseo transmitir. En cualquier caso, ha llegado hasta mí un nuevo texto del padre Fortea, que me está resultando sumamente interesante, aunque esta vez no se trate de una de sus novelas apocalípticas. En cuanto lo termine, ya plasmaré mis conclusiones. Además, estoy cerca de dedicar unas líneas a Javier Sierra y sus best-seller de misterio, y ando en plena recopilación de datos sobre cómo a veces a la gente le cuelan cosas de muy difícil digestión. Yo creo que, en realidad, se trata de que muchas veces tenemos auténticas tragaderas de cabra, y la sobre información y la falta de criterio hace que chupemos piedras del campo, sin pararnos a pensar si no habrá justo al lado un prado lo suficientemente fértil para degustar la poca hierba que pueda albergar.

En este aspecto, me parece importante señalar que hay ciertas edades en las que es importante tener un poco de estómago de cabra, para que, una vez hecha la digestión, seamos capaces de distinguir el pedrusco de la hierba, y así poder valorarlos en su justa medida. Hace poco, hablando con un chavalín de unos catorce años, éste me confesó su curiosidad por las películas de terror. Me iba comentando todas las que había visto, y decía que tenía la intención de buscar algunas más. Inmediatamente, recordé todas las bazofias que yo había visto a su edad y, todo hay que decirlo, la mayoría eran bastante peores que las que el chico había visto. 

Con unos doce años, comencé a interesarme por todos los libros y películas de terror y misterio que caían en mis manos. Drácula fue el primer libro que compré con mis ahorros, y mi paga semanal se gastaba básicamente en filmes infames, como School Killer, Tuno negro, Drácula 2000, The Haunting, The house of the haunted hill, etc. En mi casa, cintas de videoclub como Gore en las calles, It o Carrie se mezclaban con la propia filmoteca familiar, donde entraban El exorcista o la trilogía de Damian, entre otras. Todo esto, aderezado con la pasión de mi padre por el cine histórico (que tiene sus bazofias, como Sansón y Dalila o Demetrius y los gladiadores) y el de espías (El ojo de la aguja era una de las pelis estrella); esto se unía a los ciclos de la 2 (inolvidable aquél de cine de animación para adultos, donde descubrí Tigra: hielo y fuego, por ejemplo) y, cómo no, el programa de José Luis Garci, que me abrió las puertas del buen cine en prácticamente todos los géneros. 

Todo ello me llevó a dos claras vertientes dentro de mis preferencias cinematográficas, a saber: el buen cine de terror e intriga, y el cine cutre y desvergonzado que era capaz de hacer que te saliera humo por las orejas. A este tipo de cinta, para abreviar, suelo llamarla "es tan mala que es buena ".

Con este último tipo, reconozco que he llegado a tener momentos de absoluto placer y risoterapia, puesto que una mala película hecha con la suficiente proporción de desidia, desvergüenza y pretenciosidad, puede hacer que la adores de por vida, en lugar de quemarla y hacer que caiga en el foso del olvido, por el bien de la humanidad. Uno de los mejores momentos para buscar y cultivar este arte del buen/mal cine suelen ser las vacaciones. Motivo por el cual, en un sublime gesto de temeridad, me atreví a ver The Raven, que en España se tradujo como El enigma del cuervo.

Antes de comenzar, decir que voy a hacer un par de spoilers, por si aún existe un alma cándida sobre la tierra que realmente desee ver esta soberana estupidez. De todas formas, lo avisaré y pondré en párrafo aparte. La segunda advertencia es, básicamente, que yo hubiera querido que la cosa fuese tan mala que acabó siendo buena; pero, lamentablemente, la trama y las desmesuradas ínfulas del film no dieron ni para eso.

La historia, en un primer momento, trata de un tema que podría interesarme. El afamado escritor Edgar Allan Poe, en los últimos días de su vida, es requerido por la policía para atrapar a un asesino en serie que recrea escenas de sus más famosos relatos. Hasta aquí, todo podría parecer normal. Después, descubres que el protagonista es Jonh Cusack, actor que, particularmente, me cae bien y eso. Hasta aquí, todo sigue pareciendo normal. La cosa toma un giro inesperado cuando te topas con el nombre del director.

James McTeigue es conocido por dirigir V de Vendetta, una muy buena película. Sin embargo, en trabajos posteriores, como Ninja Assasin o The Raven, la cosa no sólo no acaba de funcionar, sino que directamente se despeña hacia el cutrerío y lo que es peor, el aburrimiento. ¿Cómo y por qué se puede haber producido este aparente cambio en tan poco tiempo y tan pocas películas? Yo creo que este señor hizo un "poltergeist". Me explicaré.

A principios de los años 80, Steven Spielberg quería hacer una película de terror, continuando la estela de la nueva ola que llevaba innovando el género desde finales de los 60. En su caso, la vuelta de tuerca era la creación de una especie de película de "terror familiar". El asunto, desde luego, era arriesgado, y, a pesar de la maestría demostrada en cintas como Tiburón, no debía estar muy claro que la cosa fuera a funcionar. Así las cosas, Spielberg decidió aparecer en los créditos como creador de la historia, co-guionista y productor, pero encargarle la dirección a Tobe Hooper, quizá como previsión en caso de que la película resultara ser un fiasco. Pues bien, así como Tobe Hooper fue el "director de paja" de Poltergeist, James McTeigue lo habría sido de V de Vendetta, tras la cual estarían en realidad los hermanos Wachowski. Esta teoría es fácilmente demostrable sólo con echar un vistazo a sus posteriores films, cosa que imprudentemente hice. La narración de semejante bosta es el resultado. Vamos allá.

La historia, como ya he dicho, es una más de las de "asesino en serie misterioso stardard", con un "héroe posmoderno atormentado 2.0", y una "chica en apuros (marca registrada)" que además se nota que es un poco "guapa de segunda clase con escotazo marca ACME".

Así las cosas, primeramente vemos que el pobre Poe tiene problemillas económicos. Últimamente anda falto de inspiración, no publica relatos, y debe pagar las numerosas deudas generadas por su adicción al alcohol. A este respecto, decir que el hecho de que el bueno de Cusack se haya puesto un tanto trofollo para este papel, no termina de beneficiar a la imagen que de su personaje se pretende dar en la película, pero bueno.
¿Qué pasa si le pones chaleco a un trofollo?


Tras un par de escenas lamentables en las que Poe es expulsado de una taberna y de su periódico, vemos cómo el malvado asesino misterioso standard se ha cobrado ya un par de víctimas, imitando pasajes de "Los crímenes de la calle Morgue" y "El pozo y el péndulo", respectivamente. El joven inspector de policía encargado del caso recuerda de pronto AVISO en este película muchas cosas van a suceder "de pronto" y "porque sí" FIN DEL AVISO el meollo de la cuestión. El tipejo en cuestión está copiando al pobrecito Edgar.

En este momento, nuevos e importantes datos se presentan en la trama. Poe está enamorado de una joven de clase alta -de quien podría ser su padre, pero eso en la época era normal- que desea casarse con él, en contra de los deseos de su padre. Éste, a su vez, pretende dar un gran baile de máscaras, evento aprovechado por el pérfido asesino misterioso standard para dar un nuevo giro a los acontecimientos. Resulta que, tras un primer asesinato que más parece de calentamiento, y un segundo en el que decide matar a uno de los más duros críticos de la obra de Poe, el maléfico asesino misterioso standard decide enviar una nota, así, como para hacer ver que es muy inteligente y desafía al insigne escritor trofollo. El caso es que, inspirado en "La máscara de la muerte roja", avisa -¡Qué detalle!- de que va a matar a alguien en el baile de máscaras.

Vienen un par de escenas de poco fuste, en las que se deja claro que el padre de la chica odia a Poe y que tiene una actitud de "Alcalde de Tiburón", puesto que desdeña el trabajo policial, y no cancela el baile a pesar de que su vida y la de su hija corren peligro. El asesino misterioso standard, que es muy inteligente, se cuela con el burdo truco random de "mando a un mensajero encapuchado, la gente le pega porque piensan que soy yo, y distraigo la atención", para, de esta forma, raptar a la "guapa de segunda clase con escotazo", elevándola a la categoría de "chica en apuros".
Hilillos en la pechera, indican escotazo
Cara sucia, chica en apuros. ¡Tacháaaaan!
A partir de este momento, con unos 45 minutos de película, aún no se ha terminado de introducir la trama del todo, ya que el asesino misterioso standard es un genio del mal, y pretende que Poe escriba todos los progresos de la investigación en forma de relatos, y los publique en el periódico. Mientras tanto, seguirá matando gente para dejar pistas del paradero de la "chica en apuros". Ante esto, el detective fornido pone muecas que parecen indicar determinación, y Cusack empieza ya con la cara de agobiado/atormentado de boca abierta que va a lucir durante el resto de la historia.

Bien, una vez planteada la trama de verdad, pasamos a ver una peli de asesinos en serie con complemento, es decir, que la cosa se transforma en "peli de correr". Al más puro estilo de Ángeles y Demonios, los dos protagonistas pasan a la carrera por diversos lugares de la ciudad, en los que siempre parece que van a pillar al malo (que, como buen asesino en serie misterioso standard, va embozado y vestido de negro de pies a cabeza); pero se les escapa en el último momento, dejando pistas de lo más absurdas, como unos tatuajes en el cadáver de un marinero que, al ser comparados con unos mapas, dan unas coordenadas que llevan a otra pista rocambolesca. A pesar de que esto pueda parecer entretenido, puedo asegurar que la película lleva un rato provocando sopor, ya que una cosa es estar a punto de atrapar al perverso asesino en serie standard, y otra que se te escape un mínimo de tres veces. Todo ello mezclado con breves escenas en las que vemos que la "chica en apuros" ha sido enterrada viva y que, a pesar de hacer un Kill Bill decimonónico -ella es delicada y no se rompe los nudillos- en seguida vuelve al agujero, puesto que el despiadado asesino misterioso standard tiene, como todos, el don de la ubicuidad, y es capaz de matar gente, dejar pistas, huir por las alcantarillas, y vigilar que la churri no se le escape de su escondite secreto. ¡Faltaría más!

¡Corre, corre, que no te pillo!

A estas alturas la película lleva casi dos horas, y lo que es peor, todos los torturados por su visionado tenemos bastante claro quién va a ser el villano asesino misterioso standard. No hay más que haber visto El coleccionista de amantes o cositas similares para saberlo. Total, que todo el rollo de correr, discutir y demás, nos había alejado bastante de la subtrama de que Poe estaba publicando sus penas en el periódico. ¡Incluso le habían quemado la casa! Lo malo es que, en un determinado momento, eso da un poco como que igual, porque el asunto es tan aburrido que lo único que llama la atención es ver al trofollo de Jonh Cusack, caminando bajo la lluvia con su mascota mapache y echándose un piti a la salud de su posmoderna frustración.
¿A que me parezco a Poe? ¿A que sí? ¿A que me doy un aire?

Y por fin, llega la maldita resolución del caso. SPOILER Como se veía venir, en estas películas siempre hay un personaje secundario al que nadie ha prestado atención, pero que de pronto aparece con una mayor insistencia en algunas escenas. Se trata, cómo no, de uno de los ayudantes del periódico, profundo admirador de Poe y su obra, que está muy apenado porque ya hace tiempo que no publica nada. Así las cosas, decide demostrarle que ambos son unos genios y así, ya de paso, le ayuda a volver a ser la estrella de las letras que un buen día fue. Pa cagarse. 

Acción, intriga, y dolor de barriga.

Lo que pasa es que tanto Edgar como su compi el policía son un tanto lerdos, y como ambos estaban un poquito hartos de tanto correr -el consabido "está jugando con nosotros"- el "divino" Edgar decide publicar que se cambia por su amada, y así se deja matar para que ella viva. El asesino le da un veneno y se pira a París para conocer a Julio Verne -NO es coña- y, curiosamente, a Poe le da tiempo a descubrir su escondite secreto y liberar a la "chica en apuros". Mientras esto sucede, el detective fornido ha descubierto quién es asesino mirando caer un bote de tinta cerca de un imán, acercándole un cabello -esto TAMPOCO es coña- y va corriendo, cómo no, a buscarlo. Obviamente, todos llegan tarde. Pero lo curioso es que Poe aún no ha muerto. En lugar de salvarse, con el malo psicópata ya de camino a París y su chica recuperándose, decide quedarse sentado en un banco, para cumplir su promesa de morirse. ¿Por qué? ¡Pues porque sí! ¿No lo veis? Eso sí, antes de dar el último suspiro, decide pedirle a un señor que pasaba por allí que por favor le diga al inspector fornido que el asesino es el mindundi de la imprenta, y que grasias de hantebraso. Lo más sorprendente es que esa escena no sirve absolutamente para nada, puesto que al final encuentran a trofollo-Poe, lo llevan al hospital, y allí se muere delirando la misma información, que llega hasta el fornido detective de manos del médico. Parece que la cosa ha terminado, pero como en todas las malas películas del género, tiene que haber un segundo final. ¿Por qué? ¡Pues porque sí, leche, que queda muy bien! La cosa es que el mindundi psicópata llega a París para conocer a Julio Verne, y el fornido detective lo espera en un carruaje, le pega un tiro y fin de la historia.Y va, y se acaba. ¿Por qué? Ya sabéis la respuesta FIN DEL SPOLIER.

He de decir que, cuando por fin terminó la película, todos respiramos profundamente aliviados, más que nada por haber sobrevivido un alto porcentaje de nuestras neuronas. Pero estas películas siempre reservan un susto para el final, aunque creo que nunca lo había visto en la parte que puede pillarte más desprevenido. Los créditos: 

https://www.youtube.com/results?search_query=the+raven+2012+ending&oq=the+raven+2012+ending&gs_l=youtube.3..0i19l2.2735.8633.0.9530.23.13.1.9.10.0.129.1366.3j10.13.0...0.0...1ac.1.dDplV69gdk8

Sobre cómo es posible que en una película de intriga que se desarrolla en el siglo XIX me pongan al final una canción pseudo gotiquilla infumable y unos efectos dignos de Titanic 2 no pienso escribir nada. Básicamente, porque ya lo he hecho.

Y ya no estoy.

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